
Ella es Meche, mi perrita linda. Es un amor de obediencia, noble, fiel y muy cariñosa y sobre todo, me ama tanto que se entristece demasiado cuando no estoy cerca de ella (al menos cuento con esa certeza y la de mi hija, en medio de tanta frivolidad e indiferencia que me rodea de cerca).
Tiene 9 añitos y las dos nos amamos con locura.
Bueno, pues deja y te platico. El caso es que ayer me sentí muy mal y me fui a acostar, cuando en eso me habló mi hija al cel, para decirme que mi Meche se puso malita también, total que me tuve que regresar y aquí me tienes, todavía un poco aturdida, pero bien gracias a Dios.
A donde fui, es una quinta, muy rústica, con un pequeño huerto de naranjos; esa zona de mi ciudad está llenita de eucaliptos, alamillos, sabinos y nogales, así que ya te imaginarás el aire que se respira.
Los dueños de la quinta, tienen hamacas donde uno se mece ricoooo por las mañanas temprano o al meterse el sol y es tan bello escuchar los sonidos del campo y claro que no dan ganas de levantarse para preparar la comida o la cena...
pero bueno, parece que voy de obligación en obligación, primero aquel 1° de enero, mi garganta me obligó a no fumar (bendito dolor, bendito día), luego mi PC me tuvo a vacaciones forzadas cuando se enviruló, luego mi doc, literalmente me ordenó que me saliera y finalmente mi malestar aunado al de mi"niña" me obligó a regresar antes de tiempo, y ayer, "me obligaron" a quedarme en cama, mas no me quejo, ya regresé, las dos estamos bajo atención médica, y yo, pues estoy preparando algo bueno para subirte mi amiguín, ya lo verás.
A todos mis amigos, a los que me han leído sin dejarme comentarios, y a mi Dios principalmente, les doy las gracias. Alejandro, no tengo palabras para agradecer bastante tu detalle, créeme que es un insentivo inmenso el sentirme tomada en cuenta, para seguir echándole ganas, aquí seguimos y aquí estaré hasta que mi Dios disponga otra cosa, los quiero a todos y les dejo besos muchos,
María.