...HOLA,YO SOY MARÍA Y MI AMIGO SE LLAMA "BLO". CON ÉL COMENCÉ A DEJAR DE FUMAR Y HASTA HOY CONTINUAMOS CAMINANDO JUNTOS. ¿TE GUSTARÍA SABER CÓMO LO HE IDO LOGRANDO SIN ANSIEDAD, SIN CULPAS, SIN MAL HUMOR? ...

5 años después de dejar de fumar

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LÉEME DESDE EL PRINCIPIO SI NO TE GUSTA, ME MIENTAS LA MADRE, PERO TE ASEGURO QUE SI NO PRENDISTE UN CIGARRO EN EL "INTER" YA GANÉEE

BLO, MI CACHETÓN, MI COMPAÑERO EN ESTA AVENTURA

miércoles, 15 de julio de 2009

HISTORIA DE LA VIDA REAL - II

— ¿No te has levantado aún, María Gracielaaa? Es por demás contigo, a ver si Beto no te rumba de volada regresando de la luna de miel —me sentenció mi má chisqueando los dedos (eso era muy común en ella, además de hablar y hablar, como siempre).

Era tanto el cansancio que abotagaba mi escultural y aún no estrenado cuerpo (porque como lo recalqué alguna vez en otro de mis escritos: “me casé estúpidamente virgen”), así que volví a dejarme caer sobre el colchón escondiendo mi cabeza de nuevo bajo la almohada que ya se había tornado fría y había perdido su ricura; pero algo se había quedado como una rondana dando vueltas en uno de tantos tornillos de mi trastornada cabeza; medio que se había esfumado mi letargo al encender mi madre el foco de mi memoria, pero el sueño y la flojera se habían apoderado a tal grado de mí que me dejé apapachar por ellos…suspiré profundo de nuevo sin despabilar la curiosidad del todo, asomé un ojo buscando a mi mami quien con las manos en la cintura, tamborileando un piecito movía constantemente la cabeza frunciendo a tal magnitud el entrecejo que me pareció ver la réplica exacta del Cerro de la Silla con todas sus ondas en su carita desfigurada a causa de mi indolencia.

— ¿Quién rayos inventó las bodas, má? —le pregunté con marcada angustia, recargando la barbilla en mis manos, tirada boca bajo sin trazas de querer levantarme. Ella me lanzó mil dagas con la mirada para matarme, pero por fortuna ninguna dio en el blanco (o séase yo).

El chanclear de las pantuflas y las advertencias de mamá que salió como loca (esta vez sin golpear la puerta), se escuchaban con eco en el abismo profundo de mis trompas de Eustaquio. Mamá solía hacerme esto desde niña, me alteraba tanto con sus apuros que me hacía sentir como si me metiera un cohete por la cola cada mañana para ir al colegio y para cuando acordaba yo, ya estaba sentada en mi pupitre todavía dormida, levantando la mano para hacerme presente sin esperar escuchar mencionar mi nombre.
Lo que mi madre linda no se planteó ese 22 de noviembre era que no le darían resultado sus aspavientos, primero porque ya no lidiaba con una niña de ocho años y segundo, yo quería seguir dormida, así que volví a arrebujarme entre mis colchitas, pero no duró mucho el gusto, ella volvió a entrar a mi cuarto y arrebató drástica mis cobijitas.
—¡¡Acabaste con mi paciencia!!
—Máaaa, que me haces sentir que estoy encuerada frente a 235 ojos libidinosos, no me hagas estoooo…podrías decirme tiernamente que me levante y yaaa.
Doscientos treinta y cinco ojos…¡los ojos van en pares!…veo que de nada te sirvió ir a ese colegio tan caro refunfuñó jalándome del brazo.
—Bueno, es que uno de tantos era tuerto…yaaa no te enojes, máaaa trato de relajarme y relajarte, pero no te dejassss; ya voy a ser buenita, además no es tan tarde... quítate lo histeriquita, que te ves fea ¿si? y luego dicen que soy igualita a tiii y yo soy pura alegría como dice papá...¿él está triste, verdad, má? No ha venido a preguntarme cómo amanecí. Mi madre apretó los dientes en señal de estar haciendo un esfuerzo por no aflorar sus sentimientos, pero yo todos los gestos de ellos dos y aun las escondidas de mi padre, me las conocía muy bien.

Me levanté arrastrando los pies, mi madre me empujaba al baño; la miré con un ojo, dejando caer mi pesada cabeza sobre su pecho.
— ¡Qué barbaridad!, Mary, si te viera Roberto, te manda volar y una cosa te digo, salida la mercancía, ya no se admite devolución y menos si ya se usó —dijo con picardía tratando de reír—, y no quiero pensar lo que dirían mis compadres si te miran con esta facha el día que te casas con su hijo, ellos tan propios que son y el pobre de Beto ni se imagina la fichita que se va a llevar —sermoneaba sin parar de hablar, como siempre, zarandeándome tratando de despertarme por completo. Iba a preguntarle algo muy importante para mí, pero ya no me dejó, algo que nunca más recordé, tal vez no era tan importante o tal vez lo bloqueé para no volver a pensar en él —. A ver, quítate la pijama y metete al agua, niña cebuda, el día está tan hermoso… tienes suerte, prieta fea, —me dijo esbozando una tierna sonrisa, y pude ver en sus ojitos como centellaban dos lágrimas que trató de no dejar caer, nos habíamos prometido no llorar, así que levantó la cara airosa, con ese porte que la caracterizaba y dándome de coscorrones y empujándome hacia la regadera terminó de decirme:
—En pleno noviembre y parece un día de primavera…anda, anda, y lávate bien esa cola —dijo por tratar de disimular, pero ni así pudo ocultar la emoción y la nostalgia que llenaban su corazón por la última de sus hijos que emprendía el vuelo abandonando el nido para siempre.

—Má ¿que mi novio no se llama José y por mote le dicen “Pepe el güero”? No sabe lo que se perdió el muy...yo que soy una castañuela y un estuche de monerías, ¿verdad, má?
Le arranqué esa risa que yo quería ver dibujada en su rostro y amenazándome levantando el brazo, salió moviendo la cabeza; yo sabía bien lo que iba pensando... y lo que iba sintiendo...

Cerré el cancel de la regadera y me metí bajo el agua tibia dejando que se esfumara la imagen de mi madre en mi pensamiento...sin dejar de pensar en voz alta comencé a lavarme la cabeza:
—Hoy me caso… hoy me caso…hoy me caso… ¿HOY ME CASOOO?? ¿Pero en qué puto momento preparé yo una boda? Seguramente sueño porque yo, María Ayala, la que siempre ha dicho que las bodas apestan, ¿casada, y para toda la vidaaa, tirando por la borda mi valiosa identidad? Algo me dieron sin que yo me diera cuenta, segurito...O sea que no volveré a ser María Ayala, en otras palabras, en unas horas más seré para el resto de mi vida… ¿MARÍA CANTÚUUU?
¡MAMÁAAAAAAAAAAAA!!!
(continuará)



4 comentarios:

  1. María, pámi que no te casas, con tanta queja y chinlindrina lo veo muy feo!

    Miniña por Dios, yo nunca he visto una nobia desta manera?!

    Me quedo sentadita esperando el final de la cosa. Anda pué!

    Besos
    Flor

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  2. La cosa está es que sí me "cazaron" jaja, pero espera que lo bueno pronto llega, una cosa sí te digo, a estas alturas de mi vida, claro que no dejo de preguntarme, ¿por qué rayos me caséeee? es que antes nos pintaban el matrimonio como la realización más grande de una mujer, pero igual hubiera resultado el asunto, y otro gallo nos cantara a mi "viejío" y a´mí ahora, yo hubiera tenido a mi hija que es mi tesoro, sin bendición, sin promesas ni juramentos y sobre todo, sin firmas y sin muchas cosas más que nunca me fueron agradando, pero esa, esa es otra historia, lo que nos da risa es todo lo que nos pasó!!!, jajajaja

    Un beso grande

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  3. Ayer conversábamos con Nieta sobre libros, ambos somos fanáticos por la lectura pero con gustos muy diferentes, yo me inclino por la sencillez, no es la complejidad de la historia lo que finalmente importa sino la manera en que nos es relatada, un simple diario de un contador desconocido puede llegar a ser una historia extraordinaria en la pluma de Benedetti o Hemingway puede darnos lecciones de vida a través de la historia de un viejo pescador.
    Me encanto tu escrito María, son las historias que me llenan y seguiré atento a lo que resta, un beso y seguimos en contacto

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  4. Divina tu historia, un besito me voy para la tercera parte.

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