Tomé la Lap-top de mi hija, me acerqué unas galletitas habaneras y un gran vaso con agua y me puse a checar mis correos; al abrir el de mi cuenta de gmail, me dio un gusto enorme encontrarme con el comentario de Karina, entonces pensé que en cuanto mi hija se durmiera, elaboraría mi entrada de este día, relacionada a este detalle que me emocionó sobremanera, así que, amigo Bloguín, puedes retirarte por hoy.
Primeramente: Karina, quiero darte las gracias por tu mensaje, es muy estimulante para mí lo que me dices, ya que creo en la teoría que: de que podemos abandonar una adicción sin la carga de la culpa, de los miedos y sin traumas innecesarios, ¡podemos!, aderezando el trance de los primeros días de abstinencia con una buena dosis de sentido del humor.
Por supuesto que no pretendo para nada, nulificar las importantes campañas y benéficas terapias que se llevan a cabo para ayudar a los que tienen esta adicción, eso sería demasiada pretención de mi parte y no soy así, solamente soy alguien ocupando un espacio en este bendito Planeta, que tras vivir esclavizada al cigarro por más de treinta años, quiere probar consigo misma que la hipótesis de “dejar de fumar siendo feliz” da resultados, y pues, hasta el día de hoy, lo he comprobado.
Por supuesto que tiene mucho que ver el carácter y la fuerza de voluntad de cada individuo; pero si hay alguien impulsiva, testaruda e inconstante en este mundo, esa soy yo; igual que tú, intenté dejarlo demasiadas veces sin lograrlo, sin embargo, a día de hoy, luego de estos últimos cuatro meses de abstinencia total, me siento orgullosa de mí misma, me festejo la vida día a día y me gusta pensar que contra todos los pronósticos inversos a los que me enfrenté cuando comenté mi plan, esta teoría ha dado resultado y no solamente en mí, lo más irónico, (y fantástico) es, que en dos de los que me daban menos de cinco días para que al primer histerismo incontrolable por la falta de nicotina, volviera a caer en mi adicción, ya la están probando, y me van compartiendo sus experiencias lo cual, nos da mucha risa porque verdaderamente a ellos les ha estado funcionado aunque todavía no lo pueden creer.
Primeramente: Karina, quiero darte las gracias por tu mensaje, es muy estimulante para mí lo que me dices, ya que creo en la teoría que: de que podemos abandonar una adicción sin la carga de la culpa, de los miedos y sin traumas innecesarios, ¡podemos!, aderezando el trance de los primeros días de abstinencia con una buena dosis de sentido del humor.
Por supuesto que no pretendo para nada, nulificar las importantes campañas y benéficas terapias que se llevan a cabo para ayudar a los que tienen esta adicción, eso sería demasiada pretención de mi parte y no soy así, solamente soy alguien ocupando un espacio en este bendito Planeta, que tras vivir esclavizada al cigarro por más de treinta años, quiere probar consigo misma que la hipótesis de “dejar de fumar siendo feliz” da resultados, y pues, hasta el día de hoy, lo he comprobado.
Por supuesto que tiene mucho que ver el carácter y la fuerza de voluntad de cada individuo; pero si hay alguien impulsiva, testaruda e inconstante en este mundo, esa soy yo; igual que tú, intenté dejarlo demasiadas veces sin lograrlo, sin embargo, a día de hoy, luego de estos últimos cuatro meses de abstinencia total, me siento orgullosa de mí misma, me festejo la vida día a día y me gusta pensar que contra todos los pronósticos inversos a los que me enfrenté cuando comenté mi plan, esta teoría ha dado resultado y no solamente en mí, lo más irónico, (y fantástico) es, que en dos de los que me daban menos de cinco días para que al primer histerismo incontrolable por la falta de nicotina, volviera a caer en mi adicción, ya la están probando, y me van compartiendo sus experiencias lo cual, nos da mucha risa porque verdaderamente a ellos les ha estado funcionado aunque todavía no lo pueden creer.
(continúa)
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