ESTAS IMAGENES ME DIERON PROFUNDA TRISTEZA...Al estar cumpliendo con mis deberes de ama de casa (los cuales no me satisfacen del todo), me puse a pensar en mi blog y lo que quiero aportar (ya fuera de una loca diversión), que vaya más enfocado a mi problema de adicción… de pronto caí en la cuenta que:
… en fracción de segundos había adquirido boleto gratis para viajar en retrospectiva con destino a mis maravillosos 20 años… no a los años 20, aclaro, porque no es lo mismo… "cada noche me invento… tan joven y tan vieja like a Rolling Stone…” (ja)
Comencé a fumar primero por curiosidad, pero ¿de dónde me vino esa curiosidad? yo creo más bien que fue un patrón que se escondía tras ella, pues en realidad estaba más que claro que era el perfil de una visible imitación (la que más tarde, con los años se convertiría en una terrible adicción)…sí, efectivamente, de mis padres…herencia que más tarde en vida pasé yo a mi hija.
No tengo nietos, no sé aún si los tendré algún día, pero pensando en ellos es que hoy recapacito de una forma “harakiriana”, y como lo dije en mi historia, “me obsequio con toda propiedad la más atinada blasfemia por el maldito momento en que no supe dónde rayos me dejé” causando tanto daño a mi paso…me caigo, pero eso sí, sacando fuerzas de lo que aún queda de mí, (que por fortuna todavía es bastante) me vuelvo a levantar…
En esta lucha no soy yo contra el cigarro, soy yo decidida contra yo resistente y como que me llamo María, vencerá la primera, así esta guerra me lleve más de 19 días y 500 noches, jaja. (perdóoon, no lo puedo evitar, es mi forma de serrr).
¡Papás fumadores, ojo, mucho ojo, hay que luchar por formar nuevas generaciones con nuevos conceptos de vida!!!
… en fracción de segundos había adquirido boleto gratis para viajar en retrospectiva con destino a mis maravillosos 20 años… no a los años 20, aclaro, porque no es lo mismo… "cada noche me invento… tan joven y tan vieja like a Rolling Stone…” (ja)
Comencé a fumar primero por curiosidad, pero ¿de dónde me vino esa curiosidad? yo creo más bien que fue un patrón que se escondía tras ella, pues en realidad estaba más que claro que era el perfil de una visible imitación (la que más tarde, con los años se convertiría en una terrible adicción)…sí, efectivamente, de mis padres…herencia que más tarde en vida pasé yo a mi hija.
No tengo nietos, no sé aún si los tendré algún día, pero pensando en ellos es que hoy recapacito de una forma “harakiriana”, y como lo dije en mi historia, “me obsequio con toda propiedad la más atinada blasfemia por el maldito momento en que no supe dónde rayos me dejé” causando tanto daño a mi paso…me caigo, pero eso sí, sacando fuerzas de lo que aún queda de mí, (que por fortuna todavía es bastante) me vuelvo a levantar…
En esta lucha no soy yo contra el cigarro, soy yo decidida contra yo resistente y como que me llamo María, vencerá la primera, así esta guerra me lleve más de 19 días y 500 noches, jaja. (perdóoon, no lo puedo evitar, es mi forma de serrr).
¡Papás fumadores, ojo, mucho ojo, hay que luchar por formar nuevas generaciones con nuevos conceptos de vida!!!
¡HAGÁMOSLO POR ELLOS!
Continuará...
Hace dieciséis meses que dejé de fumar, el motor que me impulsó a dejarlo fue Marta, mi hija, una jovencita que acaba de cumplir dieciséis años.......espero que tome como ejemplo de su mami otras cosas, que las tengo y muy buenas.....besos María....seguimos adelante.
ResponderEliminarCreo haber tenido la “suerte” de que mis hijas no hayan agarrado el mal hábito de sus padres, de ambos, y espero nunca lo hagan y es nuestra obligación educarlos, que no tengan que pasar por lo que nosotros pasamos. Quizás no fuimos los mejores ejemplos, pero hoy les estamos demostrando que con esfuerzo y convicción todo puede lograrse, que siempre es posible un cambio.
ResponderEliminarUn beso y espero la continuación de esta entrada
Querida María:
ResponderEliminarEs así, tal cual lo expresas.
Yo comencé a fumar porque los padres de mi amigo vecino fumaban. Nuestras familias eran amigas y mi papá sólo fumaba ocasionalmente en alguna fiesta para n o rehusar una invitación. Pero luego comenzó a tener la costumbre. Yo veía a papá fumar y veía sus paquetes de cigarrillos. Sólo fumó un tiempo y creo que fue menos de un año.
Luego papá no fumó más. Pero cuando yo tenía unos 14 o 15 años más o menos yo comencé a fumar porque mi amigo le hurtaba cigarrillos a sus padres y comenzamos a fumar a escondidas.
Entonces me habitué y pronto estuve enviciado. El cigarrillo me hacía daño pero seguí fumando.
Cuando mi padre se enteró (porque me vió por la calle) cuando llegué a casa me habló seriamente. Pero después que lo escuché (y tenía razón)le respondí "Si vos también fumabas" lo cual equivalí a decirle: "¿Con qué autoridad moral me hablas"? y surtió efecto pues papá no dijo nada más.
Creo que lo hice sentir muy mal y debe haberse sentido culpable por las pocas veces que fumó ocasionalmente y por ese tiempo que fumó.
Dejé de fumar cuando tenía 20 años porque entonces aprendí algo que me dio una buena motivación (un texto de la Biblia 2 Corintios 7:1) pero me costó bastante,
Esta entrada es muy buena María. Muchas gracias y ¡felicitaciones!
me alegro que estes sin fumar mas de un mes, yo llevo 11 semanas despues de toda una vida fumando nos va a ir bien amiga
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